La 3de3 de Andrés Manuel
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Los observadores sociales dicen que la reacción [a la comparación entre las hijas del presidente de Estados Unidos y las de su homólogo de México] surge de la frustración por el nepotismo, la falta de movilidad social y un mercado laboral que regularmente pone las conexiones de los interesados por encima de sus méritos. La política, mientras tanto, es ampliamente vista como un camino hacia la riqueza de familias completas: los pagos de los paquetes oficiales son generosos, y los medios destacan comúnmente la acumulación de fortunas aparentemente inexplicables.
(David Agren, “Jóvenes, ricos y privilegiados: los mexicanos se cansan de los niños mimados de los políticos”. The Guardian, 12 de agosto de 2016)
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El pasado jueves 11, el presidente de Morena, Andrés Manuel López Obrador, hizo pública su Declaración 3de3. El político informó un ingreso anual de 600 mil pesos, así como recibir otros por regalías de sus libros e impartición de conferencias. Afirmó no poseer bienes inmuebles, vehículos, ni tarjeta de crédito; asimismo, contar con una cuenta de nómina, con saldo cercano a 100 mil pesos, y no adeudar impuestos. Todo lo demás, aseveró, es patrimonio de su familia. Con adecuaciones hechas a una entrega previa, el Instituto Mexicano para la Competitividad, A.C., dio entrada a la declaración, que se suma a la que otros representantes de institutos políticos han registrado ante esa organización.
Por redes sociales, López Obrador acotó que presentó su 3de3 para no prestarse a especulaciones ni calumnias, y remató, “yo no soy corrupto. Lo que estimo más importante en mi vida es la honestidad.” Sin duda, esto último fue gota que derramó el vaso para que las malquerencias se pronunciaran ipso facto.
El líder del PAN, Ricardo Anaya, sostuvo que esa declaración es, “una auténtica burla a la ciudadanía, que hoy, como nunca antes, exige políticos honestos y transparentes”. Abundó que el líder de Morena, “nunca ha tenido un compromiso con la transparencia ni con la rendición de cuentas. Cuando fue Jefe de Gobierno del Distrito Federal vetó en varias ocasiones la legislación sobre transparencia que…”
A ver, a ver, ¿cuándo fue eso? entre 2000 y 2005. Y ¿quién gobernaba el país? Ah, sí, el PAN, aquél que prometió acabar con la corrupción, atrapando “peces gordos”, el mismo del Toallagate, de los hijos de Martha, etcétera. Desafortunadamente, Anaya “olvida” algunos detalles propios de la cuna. Pero lo más delicado es que no aporta dato alguno que indique que su odiado adversario tenga bajo la alfombra algún acto de corrupción. Y de 2005 a la fecha, ¿nada le han hallado? Si AMLO es como muchos otros políticos, seguro que tendrá trapos sucios; porque, más que maledicencias, queremos verdades, datos, hechos; ¿dónde están, Sr. Anaya?
Otro líder, éste del PRI, Enrique Ochoa, dijo que “la declaración 3de3 de López Obrador lo describe perfectamente: es un mentiroso que no cree en la transparencia”, y que “esa vida en donde no gasta, no gana, no renta y no es dueño de nada, no la tiene ni Obama”. Tal parece que, en la reflexión de Ochoa, AMLO debería ser algo cercano a él. Por ejemplo, en su 3de3, el líder del PRI dijo contar, entre otras cositas, con una flotilla de 50 (sí, cincuenta) vehículos automotores; se trata de unidades Nissan, en modelos de 2007 a 2012, de las marcas Tsuru y Tiida cuyo valor va de 70 mil a 100 mil pesos (cada una, claro). También posee un terreno en Morelia, valuado en 3, 371,688 pesos; un departamento en La Paz, con valor de 9, 708,552 pesos y una casa en la Ciudad de México, de 6, 900,000 pesos. Nada más para que se vea lo que es un servidor público exitoso, y ejemplo de político mexicano… ¡faltaba más, pues!
Por supuesto, como dice Ricardo Anaya, es una burla lo que hace AMLO porque ¿acaso quiere que nos traguemos su dicho de no ser un político como todos, ladrón, corrupto, deshonesto, cargado de conflictos de intereses? ¿Qué se cree AMLO, que no es como el líder del PAN o el del PRI, o como todos los demás “líderes”?
Muy mal lo hecho por López Obrador porque, en la sabiduría de Enrique Ochoa, no es posible que pueda vivir así. No, señor. Como sentenció en su momento el prócer tricolor, Carlos Hank González, un político pobre es un pobre político. Por ello, AMLO hace daño a los políticos “normales” al presentarse como pobre. Ah, y el presidente de Morena también olvida que apropiarse de lo ajeno es otro sello de los buenazos de la política; por eso, el líder del PRI ya hizo suya su conocida perorata, cuando afirmó que “esa vida […] no la tiene ni Obama”. Sí, un buen político mexicano se roba hasta las ocurrencias, ¿verdad, Sr. Ochoa? Hay que aprender, Andrés Manuel.
Definitivamente, AMLO se burla de los mexicanos, sobre todo, de aquellos que ven como exitosos a los prohombres que tienen propiedades en Las Lomas, Malinalco, Houston, Miami, Nueva York, París, o Madrid. De los que tienen lujosos vehículos, guaruras a su servicio con pagos cargados al erario, y visten las mejores prendas. De quienes tienen a la familia metida en el mismo negocio de la política, dándose la gran vida. Y de quienes (algo de actualidad) tienen pingües ganancias haciendo negocios con amigos empresarios.
Sí, AMLO se mofa de todos porque echa por tierra la concepción de lo que significa ser político en esta maravillosa tierra. Pero su atrevimiento ha de tener consecuencias. En 2018, le veremos pagar su maquinada pretensión de hacernos creer que es posible que un personaje honesto dirija los destinos de este país. Que sepa de una buena vez que esos políticos exitosos, que todos conocemos, le darán la espalda; como bien se lo merece.
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