Desarrollo Sostenible
Reflexiones para una agenda impostergable (*) .
En 1987, la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo de las Naciones Unidas, publicó el informe Our Common Future (WCED, 1987). El informe acuñó la definición “clásica” y ampliamente conocida, de Desarrollo Sostenible (DS):
El desarrollo que cubre las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades.
El tema adquirió relevancia política durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, en Río de Janeiro, en 1992, cuando los líderes de la comunidad internacional asumieron, en nombre de sus respectivos países, los postulados del DS. Desde entonces, ha estado presente en el debate cotidiano de foros diversos, tanto políticos, como empresariales, académicos, y ciudadanos. Ha sido bandera enarbolada en campañas políticas, instrumento para justificar intervenciones en asuntos públicos domésticos de Estados débiles, argumento para revolucionar mercados, motivo de discusiones en los claustros académicos, y causa de escisión al interior de las sociedades.
Si bien se arguye que el DS se fundamenta en tres pilares (economía, sociedad, y medio ambiente) en los hechos, las políticas internacionales y nacionales, así como la puesta en marcha de acciones en pro de la sustentabilidad, giran en torno a una faceta del aspecto ambiental: el uso (¿o abuso?) de los recursos. En efecto, una de las críticas más álgidas es que el DS se orienta, exclusivamente, por el objetivo del crecimiento económico, en donde los “insumos” que brinda la naturaleza son LO importante. El tema también es criticado por el hecho de que la visión economicista es proclive a la agenda de países del Norte, pero olvida, o por lo menos soslaya, que deben considerarse objetivos sociales y de sostenibilidad efectiva de los recursos naturales, los cuales son relevantes para la construcción de la meta abarcadora e incluyente del progreso de los del Sur. Sin embargo, la inercia de esa racionalidad parcial continua, y en ello, mucho tienen que ver las políticas nacionales de los países en desarrollo, cuyos gobiernos adoptan de manera acrítica las prescripciones de los desarrollados.
A dos décadas de la reunión en Río, un informe auspiciado por la ONU (UN, 2010) confirmaba un escenario desalentador del estado del mundo, de la manera siguiente:
A pesar del avance en desarrollo sostenible, las tendencias negativas continúan. El crecimiento económico se ha nutrido de un consumo sin precedentes de recursos y materiales, así como de impactos ambientales relacionados. Grandes extensiones de naturaleza han sido convertidas al uso humano, detonando preocupaciones acerca de la capacidad de la base de recursos para sostener tal crecimiento. Aunque se procura distanciar la extracción de recursos naturales del crecimiento económico, se proyecta que el consumo absoluto de recursos en el mundo se incrementará más en el futuro[.] La brecha de consumo entre los ricos y los pobres se expresa así: “Aproximadamente, el 80% de los recursos naturales usados cada año son consumidos por el 20% de la población mundial” (Matthews and Hammill, 2009, p. 1118). […]Los ingresos y la riqueza también revelan una gran y creciente brecha entre ricos y pobres. El aumento de la desigualdad de ingresos se ha observado en la mayoría de los países (IMF, 2007, pp. 138-143), especialmente en los países de ingresos medios y altos, donde los ingresos de los hogares ricos han incrementado en relación a los de los hogares de clase media y pobres (ILO, 2008). […] En general, el mundo sigue siendo extremadamente desigual, con el 1% más rico de la población mundial poseyendo el 40% de la riqueza mundial, mientras que el 50% más pobre apenas si tiene el 1% de la riqueza mundial (Davies et al, 2006).
El debate continuará en la agenda global, aunque es patente que, si la comunidad internacional sigue conduciéndose por premisas productivistas, de corto plazo, y distantes de objetivos amplios de beneficio social y cuidado de la naturaleza, el futuro es poco promisorio. Por ello, es urgente proponer opciones que coadyuven a trascender un aparente oxímoron: atender las necesidades presentes (y futuras) de unos, desatendiendo las necesidades presentes (y futuras) de otros.
.
Mirada desde la academia
La academia tiene el compromiso de asumir el desafío que plantean los magros resultados del DS. Desde la reflexión y eventual reconsideración del concepto mismo, hasta la propuesta de alternativas viables, que satisfagan los objetivos de bienestar social, crecimiento económico, así como protección y conservación de la base de recursos naturales. En esa actitud, se sugiere una definición de trabajo en los siguientes términos: el Desarrollo Sostenible es un proceso de búsqueda y puesta en marcha de elecciones viables, adaptadas a contextos, para la mejora permanente de las condiciones sociales, económicas, políticas, culturales, y ambientales de una sociedad.
Bajo ninguna circunstancia, la definición esbozada significa o sugiere consenso. Por el contrario, se trata de una invitación a la discusión amplia, donde se expresen posiciones, y aventuren acciones, desde experiencias diversas. Debe subrayarse que en el Plan Nacional de Desarrollo, orientador de la agenda pública, el DS permea las rutas conducentes a resolver las grandes preocupaciones de México. Un desafío que se impone es que, como resultado de la reflexión, surjan iniciativas que coadyuven a la resolución de los temas relevantes.
.
Fecha de publicación: 12 de febrero de 2016.
Autor: Ricardo V. Santes-Álvarez
(*) En noviembre de 2016, investigadores del Departamento de Estudios Urbanos y Medio Ambiente, de El Colegio de la Frontera Norte, en Tijuana, B.C., realizamos un encuentro académico sobre esa importante temática. Este texto sirvió de base para un capítulo de libro, publicado en 2018 con la siguiente identificación:
González, María Eugenia, Ricardo V. Santes-Álvarez, C. Fuentes, S. Peña. «Introducción». En Fuentes, C.M. y S. Peña (Coord.) Desarrollo sostenible en la frontera norte de México: reflexiones para una agenda de acción. México: El Colef, 2018: 13-22. eISBN 978-607-479-3161
.
__________****__________
Seminario “Territorio y Poder”
El miércoles 21 de octubre de 2015, en Xalapa, Veracruz, se llevó a cabo el Seminario “Territorio y Poder”, organizado por el Instituto de Antropología de la Universidad Veracruzana y el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) Unidad Golfo. En el evento, el Dr. Ricardo V. Santes Álvarez, profesor investigador del Departamento de Estudios Urbanos y del Medio Ambiente en El Colegio de la Frontera Norte, presentó la ponencia: “Oportunidades para la gobernanza en un espacio de crisis social y ambiental: Región San Quintín, en Baja California”.
__________****__________
Seminario “La gestión del agua en zonas Áridas y el caso de Camalú El Rosario B.C.”
.
El viernes 10 de julio de 2015, en Tijuana, B.C., se realizó el Seminario “La gestión del agua en zonas Áridas: el caso de Camalú-El Rosario B.C.”, en las instalaciones de El Colegio de la Frontera Norte. El seminario trató el tema de la escasez de agua, el cual es considerado como el problema más importante del Siglo XXI. [leer más]