La Razón a quien le asiste
A la viva memoria de mi señor padre, el Lic. Ezequiel Santes Pérez (10/abr/1922 – 5/ene/2011)
El Diccionario de la RAE expresa que ‘razón’ es, entre varias acepciones, el “argumento o demostración que se aduce en apoyo de algo”. ‘Dar la razón’ a alguien, nos dice la RAE, es “concederle lo que dice, confesarle que obra racionalmente”. En la arena jurídica, la idea de razón no escapa de estas consideraciones; no obstante, tiene sus particularidades. Me comentaba mi padre, que de Derecho siempre supo mucho, que el resultado de un litigio depende de tres aspectos; “el primero, es que la razón te asista”. Bueno, digo yo, si inicio un litigio es porque tengo la razón. Me atajó: “el segundo, es que sepas pedir que te den la razón”… ¡ahh, claro!… debo argumentar jurídicamente en apoyo de lo que pido. Entonces, recurro a la ayuda de quien sabe y listo… pero, “tercero”, que la cosa aún no termina, “y tal vez lo más importante, es que a ti quieran darte la razón y no a la contraparte”.
Soy necio e insisto en que si pido que me den la razón es porque ésta me asiste, pero luego comprendo que la contraparte piensa lo mismo. Finalmente, el juzgador decide a quién dársela, y uno espera que lo haga con apego a la Ley y al sentido de justicia. Pero, ¿es esto una norma en México?; por ejemplo, en tratándose de inconformidades en contra de una autoridad, que se presentan ante otra autoridad, ¿acaso no es dominio público que “una se cubre con la otra”? Algunos dirán que no, otros que sí. Coloquialmente, se dice que cada quien habla “según como le va en la feria”… pero si alguien tiene “feria” es más factible que la razón esté de su lado.
He sido un escéptico del sistema de impartición de justicia. En esta ocasión, sin embargo, con gusto afirmo que mis percepciones no siempre son correctas. La resolución de los CC Magistrados de la Segunda Sala Regional Noroeste I, del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa, con sede en Tijuana, B.C., quienes POR UNANIMIDAD se pronunciaron a mi favor en un juicio que interpuse en contra de ACTOS ILEGALES DE UNA AUTORIDAD ADMINISTRATIVA, que operaron en mi perjuicio, refuta mis opiniones negativas. Me retorna la idea que EN ESTE PAÍS TODAVÍA HAY JUSTICIA Y RESPETO A LA LEY, y que existen órganos administrativos y SERES DE CARNE Y HUESO que quieren dar la razón a quien la tiene y la sostiene, SIN MAYOR INTERÉS QUE EL DE CUMPLIR SU RESPONSABILIDAD COMO SERVIDORES PÚBLICOS. La actuación del TFJFA es una buena noticia, no sólo para mí, sino para esta atribulada nación.
Ricardo V. Santes-Álvarez
Publicado originalmente: 101029-V
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