Tepocatas y víboras prietas. Todos Unidos Contra AMLO
“Si no el pueblo de México, yo me voy a encargar, yo personalmente, de que ese cuate [AMLO] no llegue [a la Presidencia], que no queremos otra Venezuela aquí” (Vicente Fox, en la reunión de ex presidentes latinoamericanos, 16 de junio de 2017) |
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Concluida la “fiesta cívica” del 4 de junio, sigue la madre de todas las batallas, la contienda presidencial del 2018. Se anuncia que será “muy competida”, que faltan dedos de las manos para contar a quienes suspiran por la silla que dejará, por fin, el presidente más impopular e incapaz que se recuerde, Enrique Peña Nieto. Hay dos nombres relativamente seguros: Andrés Manuel López Obrador (AMLO), el político defensor de las causas sociales más reconocido de los últimos 20 años, y María de Jesús Patricio, postulada como candidata independiente por el Concejo de Gobierno Indígena. La aplanadora del PRI está lista también. Luego de su manoseo impúdico en el Estado de México (EdoMex), donde probó su brutal armamento antidemocrático (en Coahuila y Veracruz no cantó mal las rancheras), se apresta a combatir al odiado López Obrador con cuatro baterías guerreras, a las que ahora me refiero. La primera, su instrumental de zalameros. Ya tiene bien cebados dos partidos “grandes” (PAN y PRD) y varios “pequeños” (PVEM, Panal, Nueva Alianza, etcétera), que se ofrecerán al electorado, “solos” o “en alianza”, como la opción “moderna y progresista” que sacará al PRI de Los Pinos. Sin embargo, su objetivo es sabido: restar votos a quien realmente puede expulsar al dinosaurio, el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). Algunos “ínclitos patriotas” dispuestos a sacrificarse por el país son Ernesto Ruffo (el menos peor… ¡puf!), Miguel Mancera, Ricardo Anaya, Rafael Moreno, Silvano Aureoles, Margarita Zavala, hasta los finísimos Miguel Ángel Yunes y Graco Ramírez… ¡imagínese!… Nada más falta el incorruptible “Niño Verde” para completar la baraja. La segunda división es la canasta de “independientes”, quienes aseguran poder derrotar a “los políticos de siempre” y, dado que “todos son iguales”, agregan, un “ciudadano” hará la diferencia. Igualmente, el fin es conocido: arrebatar votos a Morena. Nombres de algunos: Emilio Álvarez Icaza, Jaime Rodríguez (o ¿irá por el PRI?), Pedro Ferriz, Armando Ríos, Rafael Moreno, Margarita Zavala (de los dos últimos, quien no salga palomeado por el PAN con seguridad irá como “independiente”). Y los que se acumulen. Mención aparte merece la candidata María de Jesús Patricio: si el buen sentido prevalece, Marichuy estará del lado de las causas sociales y progresistas. Veremos. La tercera batería es la asociación de medios chayoteros, y merolicos insidiosos como, entre muchos, Ciro, Pepe, Carlos, Leopoldo, Denise, Leo, o Javier. Y es que, pese al tremendo crecimiento de los medios digitales alternativos, como las redes sociales, esas rémoras siguen interfiriendo en el flujo de información hacia los ciudadanos, distorsionando la verdad u ofertando verdades a medias o mentiras completas. Casualmente, a favor de quien les llena el bolsillo. Igualmente, están apuntados para servir al patrón. Finalmente, la cuarta división es el kit de aparatos burocráticos (INE, TEPJF, Fepade, y otras instancias gubernamentales). Dilapidarán una vez más el dinero público para “apoyar a la gente” con programas sociales, sobre todo, cerca del día de votación; para vigilar “imparcialmente” el proceso electoral, o “sancionar con todo el peso de la Ley” conductas ilícitas; y para calificar “con total apego a Derecho” la propia elección… Claro, claro. Y si algo fallara, para eso está el Estado y su atribución de ejercer legítimamente la violencia… ¡La fuerza de los macanazos y otras cositas contra los revoltosos, pues! Alguien preguntará si quien postule la aplanadora no cuenta. Sí, sí cuenta. Ahí está Miguel A. Osorio, Luís Videgaray, y José A. Meade; cada uno, balconeándose por doquier con cargo al erario en espera de ser ungido. ¡Ah!, y José Narro, ex-rector de la UNAM y hoy porrista del PRI… ¡vaya desprestigio! Ellos saben que ninguno ganará por las buenas. Pero arrebatando, como acostumbra el tricolor, pues sí que tienen posibilidades de “triunfo”. Pero la fiebre que se vive a partir del 4 de junio no tiene por qué borrar la historia reciente. Vale la pena recuperar hechos y exponer cuatro aspectos para orientar el porvenir: 1. De la elección reciente no todo está dicho. Existen recursos legales, y los inconformes han recurrido a ellos, Al menos en Coahuila y el EdoMex los procesos siguen vivos, y sus resultados darán mayor claridad de lo esperable en 2018. De tal manera, quien afirma que Morena se rinde en la tierra del presidente porque “perdiendo gana”, tira gancho a ciegas. El asunto está en tribunales. Las instancias jurídicas de ese partido, y la maestra Delfina Gómez, conocerán del caso y habrán de informar a los mexiquenses. 2. Los resultados electorales ubican a Morena como fuerza importantísima, pese a que apenas cumplirá 3 años de existencia en el escenario político. Por otro lado, no es verdad que cierre la puerta a las alianzas; veremos que los amarres necesarios se darán pronto. Aquí, cabe acotar que los partidos zalameros se van quedando vacíos, sin ideología, como meros cascarones. Han engañado vilmente a sus bases y por ello las pierden poco a poco. Por tanto, las alianzas ocurrirán, en primer término, con los ciudadanos reflexivos que coincidan en la urgencia de un cambio de rumbo; y en segundo lugar, con los miembros de otras fuerzas políticas que abracen los objetivos de las causas sociales. La visita de AMLO a Guadalajara, este sábado 17, así lo demuestra. 3. Por supuesto que AMLO se enfoca en el 2018. Sin embargo, distinto a otros, no se desgastará en luchar por una candidatura: YA la tiene. Y radicalmente distante de otras opciones, la tarea tiene un propósito mayor: el cambio de régimen. La visión lopezobradorista no es el inmediatismo de la elección presidencial sino la consolidación de un sistema útil. En esa empresa, el motor no será el líder, sino las fuerzas vivas. 4. Un régimen útil es aquel que ejerce el poder beneficiando a las mayorías; no satisfaciendo los apetitos de minorías depredadoras, ni mucho menos sirviendo a intereses externos. En ese sentido, obliga a una reforma institucional de fondo; a la renovación y creación de instituciones que sirvan a los propósitos últimos del Estado: hacia el interior, el bienestar y la seguridad de la sociedad; y hacia el exterior, la defensa del interés nacional. Morena tendrá que asumir ese reto. Ciertamente, hay quien se opone a esas intenciones. A los que desdeñan la cantaleta sobre la “Mafia del Poder”, habrá que decirles que ésta adquiere verosimilitud a la luz de declaraciones como la del mafioso Vicente Fox, quien se apresta a “encargarse personalmente” de que el Peje no gane en 2018 y convierta a México en “otra Venezuela” (aplausos rabiosos de la derecha ramplona). El discurso foxista es el mismo que el peñanietista cuando éste arenga a sus huestes a rechazar “el populismo irresponsable”. Y el peñanietista es el mismo alegato usado por “el cerillo” Ricardo Anaya cuando advierte que López Obrador es un peligro para México. Y la perorata del cerillo, a su vez, se monta en la campaña de odio del nefasto Felipe Calderón en 2006. En todo esto, sin embargo, los detractores de AMLO han soslayado los intereses de los ciudadanos; olvidan que eso es, finalmente, la que importa en una democracia plena. Posiblemente el sistema corrupto impida que López Obrador sea presidente. Lo hizo en 2006 y en 2012. Lo que no puede detener es que el repudio a los malos gobernantes y la esperanza de cambio, incrementen día con día. La expansión de Morena no es solamente por la figura del líder. Yerran quienes adjudican todo al “Mesías”. El partido crece por lo que representa, que no es otra cosa que los deseos, necesidades, demandas y expectativas, de personas que luchan por un país mejor. El régimen no se enfrenta a un individuo, sino a una ciudadanía que ya despertó… y que se torna mayoría. |
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Fuente de imagen: Sin Embargo. Saúl López /curtoscuro.com | ||||
Twitter: @RicSantes | Fecha de publicación en otros medios:
Plumas Libres, 18-jun-2017 |